El difícil puzzle de las vacaciones sanitarias en Asturias

l verano ya está aquí y con él las ansiadas vacaciones, también para los sanitarios. Si todos los años resultaba complejo de encajar el mantenimiento de la atención a los pacientes con el debido respeto al descanso de los profesionales, este 2021 el puzzle parece más difícil que nunca en Asturias. No es un año normal, tampoco lo fue el pasado, por el impacto de la pandemia y a todo ello se une el intento de conjugar factores que puede llegar a anularse unos a otros: el coronavirus ha vaciado las bolsas de trabajo de médicos y enfermeras, apenas quedan en todo el país para cubrir sustituciones y, a la par, el Principado se prepara para aumentar en la medida de lo posible la presencialidad en los ambulatorios y tiene la intención de desplegar un plan de choque para reducir lista de espera quirúrgicas, muy afectadas por la pandemia. ¿Cómo hacerlo?

Todos los años de forma habitual se cierran unidades para posibilitar descansos y en Atención Primaria lo más frecuente es que haya «autocoberturas» de manera que un médico se hace cargo del cupo de pacientes del compañero que se va de vacaciones. En los sindicatos han lamentado que, a estas alturas del mes, no se le hayan presentado propuestas concretas. Desde el Sindicato Médico Profesional, el Simpa, indicaron que esperaban que, como en períodos anteriores, se negociaran con las gerencias las sustituciones y los turno de tarde voluntarios que al final llegan pero «tarde y mal».

Desde Satse, sindicato de enfermería, indicaron que la expectativa en esta ocasión pasa porque no se cierren unidades completas sino que se reduzcan camas en cada una de ellas. Pero eso trae nuevos problemas «la medida no nos convence porque, si en algún momento aumenta la actividad y se tienen que reabrir esas camas, va a tener que hacerse con el mismo personal. Así que va a suponer mayor carga de trabajo que ya estaba sobrecargado en circunstancias normales».

La enfermeras llamaron la atención sobre el hecho de que ya no hay de quien tirar, ni en Asturias ni en toda España. Para la campaña de vacunación se ha tenido que recurrir en ocasiones a profesionales ya jubilados y entre los mas jóvenes incluso se dio la opción a los estudiantes de último año para que pudieran presentar su trabajo de fin de grado en mayo para que pudieran comenzar a trabajar ese mes en vez de julio que solía ser habitual.

En el Simpa señalaron que esperan problemas en Atención Primaria especialmente en áreas, como el oriente, que pueden llegar a multiplicar su población en verano, en concejos como Llanes, Ribadesella o también Gijón, mientras las plantillas menguan. Además resaltaron que esperaban concreción sobre el anuncio del plan de choque para atajar las listas de espera que se ha señalado para cirugía pero que, a juicio del sindicato, debería abordarse también en consultas externas por las demoras acumuladas especialmente entre pacientes crónicos.

En Atención Primaria desde hace varias semanas se cuece un conflicto aún por resolver; los planes del Principado pasan por ir aumentando la presencialidad pero desde las organizaciones profesionales se ha defendido que parte de la atención telemática debería quedarse, Para todo aquello que no requiriera esencialmente el trato en persona, fundamentalmente cuestiones administrativas. Y esto ha despertado también no pocas suspicacias por el reparto de tareas entre médicos y enfermeras. También una reacción, en ocasiones ruda, por parte de los pacientes que se han quejado de las muchas dificultades, y más en una comunidad envejecida como la asturiana, para resolver asuntos por teléfono y con centralitas en las que la espera puede hacerse eterna.

Respecto a los planes contra las listas de espera, el Sespa anunció a finales de mayo que se desplegaría de forma gradual hasta finales de año y contempla, junto a una priorización de la actividad quirúrgica ambulatorio, elaborar 1.304 planes especiales -las conocidas peonadas- que permitan realizar entre dos y tres intervenciones vespertinas (3.206 al concluir 2021) así como establecer conciertos con centros privados para que asuman parte de las operaciones.

Según los datos ofrecidos por el consejero de Salud, Pablo Fernández, la demora media de los pacientes en espera estructural se sitúa por encima de los tres meses, 95,37 días, y la cifra de los que llevan más de medio año en espera alcanza los 3.099 frente a los 1.926 que se registraban en septiembre mientras que el usuario de la sanidad con un tiempo máximo de demora alcanza los 471 días. La segunda y tercera ola de la pandemia ampliaron su incidencia sobre las listas de espera sanitarias en el Principado hasta situar en 20.836 el número de pacientes pendientes de una intervención quirúrgica -2.383 más que en septiembre de 2020-, según citó la agencia Efe.