Presencialidad en Atención Primaria

El Sespa ha decidido iniciar un nuevo cambio organizativo, lógico, que es aumentar la presencialidad de los pacientes, dado que estamos todavía en unos niveles bajos, aunque la variabilidad en los distintos centros es muy grande.

La pandemia nos ha obligado a tomar medidas y a trabajar de una manera como nunca habíamos hecho. Y profesionales y pacientes hemos sufrido las consecuencias y hemos hecho la mayoría todo lo que hemos podido para salir adelante juntos.

Tal vez uno de los mayores problemas ha sido la dificultad para contactar con los centros de salud, por falta de líneas telefónicas, pues al sumar las llamadas entrantes de los pacientes y las salientes de todos los profesionales, se produjo el colapso.

Aunque las voces discordantes siempre se oyen más, y los que se han sentido desatendidos siempre hacen más ruido, en general hemos ido mejorando la atención. Lo que sí me gustaría dejar claro es que, a los médicos, las consultas telefónicas nunca nos han gustado, aunque nos hayamos tenido que adaptar, y hayan constituído, durante un tiempo, el mayor número de consultas. La atención médica es sobre todo consulta presencial con el paciente, atención directa y cercana, relación personal. Esta es nuestra forma ideal, la que mejor sabemos hacer, esencia de nuestra profesión, y para la que hemos sido formados sobre todo.

Para los médicos la consulta telefónica ha supuesto una gran complicación, ha aumentado mucho nuestro trabajo, nos ha obligado a formarnos en otro tipo de relación profesional y nos ha sacado de nuestra normalidad. Las consultas telefónicas son muy complicadas en muchas ocasiones, más cuando hablas con personas mayores con dificultades para expresarse, y más por teléfono. Con gran frecuencia hay que llamar varias veces, con lo que se duplican o triplican las llamadas, y en muchos casos acabas diciéndole al paciente que venga a la consulta. Es decir; estamos haciendo un triaje telefónico y decidiendo sobre patologías complejas en pacientes pluripatológicos con dificultades para la expresión telefónica en ocasiones.

Debe quedar claro que las consultas telefónicas han sido una obligación y una imposición de la pandemia, y que sólo deberían ser una herramienta útil para actos concretos como puede ser dar resultados, patologías muy banales y casos poco complejos.

Y que, lo realmente importante sería establecer un sistema organizativo adecuado que se llama triaje, para que cada categoría desempeñe su trabajo, y no llegue al médico todo lo que está llegando, tanto a nivel de burocracia como patolgogía banal, que le impide realizar de manera más adecuada su trabajo. Para eso hace falta que ningún colectivo profesional se ponga de perfil, y sigan poniendo todo tipo de problemas cada vez que se intenta mejorar la organización, bien sea por  la orexia del poder o por cualquier otro tipo de interés. Y que las autoridades tomen las decisiones que tengan que tomar, cosa que hasta ahora no ha sucedido por las presiones que han recibido.