¿A QUIEN VOTAR EL 23-J SI ERES MÉDICO/A O FACULTATIVO/A?

Esta pregunta me la han hecho más de veinte veces la última semana. Una vez empezada la campaña, y visto y leído lo que van aportando los partidos, la decisión parte de conocer dos hechos:

1.- La Sanidad es para un político en campaña un panal de abejas: hay que sacar la miel del voto sin que te piquen los problemas crónicos que nadie ha solucionado… ni parece saber solucionar. Sus armas, la demagogia y el cortoplacismo. Aquí no hay excepciones. El PP y el PSOE, Feijóo y Sánchez, pasaron de puntillas en un debate de 100 minutos, ni cuatro los llevó despachar la Sanidad. A ninguno le interesaba hurgar. Con respecto a los profesionales, el PP tiene en su ¿haber? un Estatuto Marco de 2003 obsoleto que tampoco reformó cuando pudo y el PSOE sólo se avino a parchearlo porque la UE le tiró de las orejas por enésima vez sobre la precariedad laboral, y tuvieron que improvisar la “Ley Iceta”. También es de 2003 una Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias que requiere mejoras, pero miedo me da, al parecer dentro del PP ha crecido la simpatía por el “nursing power”, ese falso empoderamiento igualitarista que en la tierrina ya nos ha dado algún disgusto gordo. Sí le doy la razón a Feijóo que la gestión de la Sanidad es Autonómica, pero eso no sé si es disculpa o aviso. Difícil va a ser meterle mano a los 17 reinos de taifas y al Interterritorial de adorno. Tampoco ninguno se embarró entre modelos sanitarios, aceptan tácitamente que la Sanidad es pública, universal y financiada con impuestos, con una Sanidad privada que complementa con más o menos cuartelillo, pero no es alternativa. ¿Y eso como se hace, con la carencia de facultativos que hay? Pues ninguno tiene soluciones mágicas. Bueno, Sumar si, o más bien IU, que creo están dentro de la amalgama, pretende implantar un MIR de 15 años (bueno, será de 4 o 5 y luego obligación de servicio público 10 más, como los pilotos militares…). Reconozco los ovarios de decirlo públicamente, porque al menos van de frente, y deja claro que la Sanidad puede sobrevivir en su opinión sin médicos, que saldrían en estampida por la frontera (¿Cómo en el 39?). Algunos como Vox apelan en su programa más a la centralización, a la colaboración público-privada a una nueva normativización, pero a la hora de como combatir la sangría médica todos chocan con la misma pregunta que nadie sabe responder: ¿de donde sacamos médicos de forma rápida? O incluso otra más incómoda: ¿De donde sacamos mano de obra médica, con los médicos actuales? Pues respondamos nosotros.

2.- La Sanidad, y sobre todo la Sanidad Pública (en Asturias, el 85%), y no digamos, la Sanidad Pública de calidad, va siempre a remolque de la financiación pública disponible.  Las respuestas a las preguntas anteriores son varias: favorecer condiciones laborales, estimular la carrera profesional, mejorar conciliación… pero solo una solución: aumentar recursos. Y ahí está la clave en que valorar el voto nacional: lo que interesa es encontrar el que sea capaz de dinamizar la economía. Del sector primario a la industria, del turismo a la energía. Tecnología, investigación, emprendimiento… todos los aspectos que puedan mejorar los pilares económicos de un país, podrán enriquecerlo. Y por supuesto, y no menos importante, el control del despilfarro.   Y de ahí saldrán los recursos para destinar a Sanidad. Y ahí si que cada partido tiene sus modelos económicos, financieros y fiscales más o menos conocidos y diversos. Y su modelo de control de la corrupción, también digamos diverso. Cada cual que se atenga a lo que le parezca mejor en su recto entender. Pero como vote pensando que alguien tiene la vara mágica de la contratación de médicos, va dado. Por más que prometa al votante ponerle un médico de guardia debajo de la cama, o al médico que él va a traer en palmitas. Sin pasta, no creas ni una rasta.

3.- Los diputados nacionales suelen ocuparse, en el mejor de los casos, de temas generales y siguen una disciplina de partido, por lo que un representante regional de un signo u otro apoya al poder central pero poco dice de lo que puedan hacer por la Comunidad de origen. En Asturias, hay que atender a nuestro “hecho diferencial”. Aquí lleva ganando elecciones el mismo partido muchos años (o al menso facciones del mismo partido), tantos como democracia tenemos, con leves intrusiones de otros. La cohabitación (gobierno asturiano de un signo y estatal de otro) es la norma cuando el PP está en el gobierno. Lo que les dice la intuición a los legos en política es que siempre es más beneficioso signos similares porque se “ayuda” a los “amigos” y se intenta ahogar a lo contrarios. Sin embargo, la historia lo desmiente. Influyen dos factores: primero, que la “lealtad institucional” está más que nada supeditada a la “compatibilidad personal”. Los gobiernos, para las decisiones de alto nivel, son muy personalistas: un Presidente regional de otro signo político, pero que tenga buena aceptación personal, e incluso un líder opositor con buena entrada en su partido, puede sacar más que otro del mismo signo que sea visto como incómodo o crítico. Ya lo decía Churchill: tengo amigos, enemigos y compañeros de partido. El segundo es que Asturias es una Comunidad incómoda, no somos precisamente ricos ni jóvenes (guapos si, pero lo explotamos poco), nos ven siempre como “pidiones”, así que siempre dependeremos de unas buenas relaciones, al menos correctas, con la Moncloa. Y como somos molestos, las relaciones van a ser más o menos las de siempre. Así que vuelta al segundo punto: vota a quien mejore más la economía para España, que será bueno para la Sanidad Asturiana.

  1. La mejora económica por si sola es condición necesaria pero no suficiente. Luego los recursos han de distribuirse hacia la Sanidad. Y dentro de la Sanidad, entender que los facultativos no son “estratégicos” ni “fundamentales”. Son imprescindibles. Mejorar sus condiciones es la única forma de paliar el déficit numérico. En esta redistribución (que es una forma particular de la “redistribución de la riqueza”) tenemos mucho que decir nosotros. Otra cosa buena que tienes que hacer, al margen de a quien votes, es afiliarte al SIMPA. Como decía Machado, una de las dos Españas te va a helar el corazón, pero solo un sindicato se ocupará de tu situación.

VOTA BIEN. Y AFÍLIATE AL SIMPA. POR LO QUE PUEDA PASAR, GANE QUIEN GANE