«La Consejería de Sanidad ha sometido a este centro, y en general a todos los de las alas regionales, a un continuo maltrato y desatención que ha provocado un presente precario y un futuro incierto. Habló de «la falta de interés de los profesionales por acudir a trabajar a Jarrio, ante la carencia de perspectivas», lo que se traduce en que en el último concurso de traslados, «hay más salidas que entradas» de profesionales y se ponga en riesgo la asistencia sanitaria».