ARRANCAN LAS BOLSAS DE FEAs. LUCES Y SOMBRAS

Entre el jueves y el viernes se han iniciado los primeros nombramientos de FEAs por el sistema de bolsas, de los que ya repetidamente nos congratulamos porque cambia el sistema de concesión previo, las “convocatorias” muchas veces arbitrarias y que conducían al litigio, por otro basado en la igualdad, mérito y capacidad.

​Dicho esto, el nacimiento del sistema ha sido precipitado, muy rápido, dejando esa impresión de un funcionamiento administrativo de “o hacemos las cosas ya o no se hacen”, con numerosos errores y reclamaciones. Hoy mismo se publica en el BOPA la primera corrección de errores del listado, de oficio, y tendremos que acostumbrarnos a estas correcciones. Cualquiera que detecte un error material (sumas equivocadas, conceptos cambiados sin razón aparente, etc), debe saber que los Servicios de Personal de la Areas pueden informar al SESPA y este corregir de oficio. Si su petición no es atendida o se desea recurrir, hay un plazo de un mes para presentar los recursos de alzada, para la cual cuentan con nuestra Asesoría a su disposición.

 

​Los llamamientos de estos últimos dos días, como no han podido ser de otra forma, adolecen de la misma precipitación que todo el proceso, incluso con errores que han obligado a rectificar nombramientos en cuestión de horas. Entendiendo las dificultades de arrancar un proceso así, hay dos aspectos que nos parecen indignantes y que no tiene nada que ver con la premura del proceso, sino más bien con el interés por el trabajo y con el respeto al profesional.

​El primero, que se hayan cometido errores en los nombramientos porque no se conociese el contenido de la Disposición Transitoria Primera del Pacto de Contrataciones, que determina a quién y qué nombramientos deben ser ofertados. Es cierto que el sistema para FEAs es algo peculiar, diferente al de resto de categorías, pero el BOPA que regula el cambio es del 28 de Diciembre. Hombre, digo yo que en cuatro meses alguien de cada Servicios de Personal hubiera tenido el prurito de leérselo, y ya en el ultimo extremo de la procrastinación, el responsable del teléfono leerlo (o las instrucciones que al respecto tuviera) el día antes de los llamamientos. Se hubiera evitado algunos disgustos a compañeros a los que se les dan un nombramiento para retirarlo a la hora.

​El segundo, y esto ya es imperdonable por cuanto no tienen nada que ver con la dificultad de gestión del proceso, es no tener previsto que los llamamientos se realicen a personal QUE ESTÁ TRABAJANDO y que no puede abandonar un quirófano o una habitación en un minuto. Y que los responsables de la llamada sean incapaces de entender tal cosa. ¿La consecuencia? Alguna llamadas amenazante a quien contesta, que es la enfermera de quirófano, advirtiendo de que “o se escoge o se sanciona” y que se lo transmita al cirujano con un bisturí en la mano y un paciente anestesiado debajo. Si no fuera ofensivo, sería kafkiano. Y aún peor: quienes realizan tales llamamientos no deberían ejercer tal función (bueno, no sé si deberían ejercer una función de cara al público nunca) si carecen de la necesaria empatía, o incluso educación, pera entender lo extraordinario de un proceso de inicio, y adaptarse a condiciones que pueden ser tan nuevas para él como para que a quién llama. Y si está cabreado porque le han presionado para que lo haga rápido, pues que lo descargue con sus superiores y les pida explicaciones. Sólo esperamos que, como nos advirtieron, las llamadas hayan sido grabadas por seguridad de los nombramientos. Servirá para depurar responsabilidades y que esto no se repita. Y recordar a la Administración que para evitar esto se incluyeron sistemas de llamada adicional como el SMS en la misma disposición, que parece ser no se han considerado para nada.

​En definitiva, nos alegramos de haber contribuido a conseguir las bolsas, y reconocemos el mérito de esta Administración en iniciarlas. Discrepamos en la precipitación de su puesta en marcha, pero con lo que ya no transigiremos es con un sistema de llamamientos chabacano por personal que no respete a los profesionales.

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