Hospitalización a domicilio: ¿por qué no existe en Asturias?

Mi padre vivía en Cantabria; y padeció la enfermedad de Alzheimer. Sus últimos cuatro años fueron difíciles para él y nuestra familia, pero el Servicio de Hospitalización a Domicilio de Valdecilla nos hizo ese tiempo más fácil.

En este tipo de pacientes -ancianos, inmovilizados,  con patologías crónicas que no son solamente oncológicas o paliativas-, las complicaciones son frecuentes: infecciones urinarias, escaras, neumonías, resistencias a antibióticos orales…Con frecuencia, la necesidad de medicación intravenosa y otros cuidados acaban requiriendo un ingreso hospitalario, lo que implica además horas de espera en urgencias para las familias, permisos en el trabajo, contratación de cuidadores…

En nuestro caso,todo mejoró en cuanto contactamos con Hospitalización a Domicilio, los médicos y enfermeras le atendían en casa  y le seguían incluyendo las analíticas y medicación intravenosa si eran necesarios.. Gracias a este servicio le evitamos  un gran número de ingresos y pudimos mantenerlo en su medio y con su familia hasta el final.

En Asturias, salvo excepciones puntuales, no disponemos de este servicio. ¿Por qué?

En 2014, tras algún intento fallido, se elaboró y entregó a la administración un proyecto impulsado desde el HUCA para crear un servicio de Hospitalización Domiciliaria. Su puesta en marcha fue abortada in extremis por parte de la Consejería cuando se suponía que iba a entrar en funcionamiento. Razones: en primer lugar, la necesidad de una redistribución de personal, no contemplada en este borrador; en segundo lugar, y como en el caso que hemos comentado previamente respecto a la reorganización del 112-,  la opinión,  de que toda actividad extrahospitalaria debe mantenerse bajo la competencia de la Medicina Familiar, una corriente de opinión con mucho peso en aquel entonces.

Lo anterior sería un buen ejemplo de las tradicionales guerras que, desde hace años, mantienen las dos almas de nuestro sistema sanitario: el SESPA y la Consejería. En este caso los que salen perdiendo son los profesionales, los pacientes, sus familias y la población asturiana en general. A todos ellos se les niega el acceso a la Hospitalización Domiciliaria, un servicio que  está disponible en Comunidades vecinas, lo que supone no sólo un agravio comparativo sino la pérdida de un recurso fundamental.

La Atención Primaria no puede ser entendida como una goma elástica que se estira y sirve para todo. Y menos en la actualidad. Estamos en una situación crítica, desanimados, sin plantillas suficientes ni sustituciones. La mitad de los médicos de Atención Primaria está a punto de jubilarse y no tenemos recambio Nuestra petición es contar con directivos valientes, que se enfrenten a esos problemas estructurales de décadas y que nadie ha querido, sabido, o podido resolver. No necesitamos que nadie pida en nuestro nombre más competencias  si no van acompañadas de recursos para afrontarlas.

La denominación “Hospitalización….” no tiene por qué implicar la dependencia exclusiva del hospital o la no intervención de Atención Primaria, especialmente porque creemos que la mayoría de sus integrantes serán Médicos de Familia. Pedimos a nuestros directivos que valoren de nuevo la introducción de este servicio en la Cartera del SESPA lo antes posible.

Lo más importante es que exista. Los apellidos los pondremos después.